- Te generarán ansiedad y estrés, lo que verá perjudicada tu relación con otros clientes, con tus compañeros y con tu entorno familiar.
- No te enfocarás en clientes y proyectos realmente interesantes, porque estarás perdiendo tu tiempo y tu energía con personas que te intoxican.
- Te sentirás inseguro en el desempeño de tu trabajo y comenzarás a cuestionarte personal y profesionalmente.
- Comenzarás a no disfrutar de tu trabajo.
Te harán perder dinero en forma de tiempo, de clientes perdidos (otros) y de impagos.
- Estos clientes son capaces de arruinar tu prestigio personal, profesional y de empresa porque, para justificar sus actitudes, echarán públicamente por tierra tu labor y tu imagen sin que les importe nada.
Por qué romper la relación comercial con ellos
Aunque todos pensamos que siempre hay que conservar a los clientes, en este caso es mucho más rentable decirles adios para siempre. Aquí tienes las razones:
- Porque conseguirás una mayor serenidad y tranquilidad en tu trabajo, lo que repercutirá en tu vida personal y laboral.
- Optimizarás tu tiempo y tu energía.
- Podrás dedicar tu tiempo y esfuerzo a tus clientes, los buenos, que realmente te darán alegrías... y beneficios. Y te lo agradecerán, créeme.
- Tendrás más tiempo libre y de mejor calidad.
- Te sentirás más alegre y podrás disfrutar de tu trabajo.
- Incrementarás tu confianza y seguridad en tus capacidades personales y profesionales, porque no habrá nadie que te cuestione con malas artes y sin motivos.
Incrementarás tus beneficios y evitarás impagos.
- Mejorarás tu imagen profesional y de empresa.
Cómo "quitártelos de encima"
- Infórmate acerca de tus nuevos clientes, sobre todo de los especialmente amables, para comprobar si ya tienen antecedentes de ser clientes tóxicos.
- Especifica cuidadosamente las condiciones de trabajo en el proyecto y en el posterior presupuesto. Valora y mide cada punto del trabajo.
- Evita los "pues ya qués" con contratos de servicios perfectamente definidos, donde quede claro que los cambios y modificaciones están sujetos a un nuevo presupuesto, sin ceder en los "pues ya que estamos, cámbiame/añádeme esto".
- Valora tu tiempo... literalmente. Si vas a invertir más horas de las lógicas en un proyecto, ponles precio e inclúyelas dentro del presupuesto.
- Sube los precios y asegura los pagos (adelantos de factura, factoring, etc.) de tal forma de puedas compensar las molestias y/o pérdidas que preveas que te van a causar. Normalmente no aceptarán, así que perderás un cliente... en este caso con mucho gusto.
Si ves que el perfil de cliente es altamente peligroso, es reincidente o no acepta las condiciones que te he comentado anteriormente, ni lo dudes, dile amable y firmemente que no podéis mantener una relación comercial. Justifícalo como prefieras: no tenéis feeling, no tenéis la misma visión del proyecto, estás saturado de trabajo y no puedes atenderle como se merece ;)... eso sí, no entres en una confrontación directa con él.
¿Has tenido algún cliente tóxico a lo largo de tu carrera profesional? ¿Qué efectos tuvo sobre ti? ¿Conseguiste quitártelo de encima? Cuenta, cuenta...
Escrito por: Todos somos Clientes, Blog junio de 2014-
URL: http://todossomosclientes.blogspot.com/2014/07/clientes-toxicos-no-gracias-ii.html